El Foro de Sao Paulo frente al colapso financiero
Por: Alejandro Peña Esclusa
Desde hace años, los miembros del Foro de Sao Paulo vienen pronosticando una crisis financiera internacional. En varios de sus documentos han planteado que el modelo neoliberal se derrumbará, dando así cabida a otra oportunidad para el comunismo y sus variantes.
Con motivo del IX Encuentro del Foro de Sao Paulo, realizado en Managua en febrero de 2000, el Partido Comunista de Cuba presentó una ponencia, titulada Capitalismo contemporáneo y debate sobre la alternativa, donde critica el crecimiento de la especulación monetaria y pronostica “una recesión muy prolongada y el estallido de crisis financieras”. Al final de su ponencia, el PC asegura que “la agudización extrema de las contracciones del capital” contribuirán al “triunfo del comunismo”.
Basado en estos antecedentes, cualquiera podría concluir que Chávez y sus aliados serán los principales beneficiarios del tsunami financiero que se avecina; pero, irónicamente, ocurre todo lo contrario. Porque, a pesar de que los integrantes del Foro de Sao Paulo anticipaban la crisis, lo hacían en su condición de opositores, pero actualmente controlan nada menos que catorce gobiernos iberoamericanos. No es lo mismo criticar el neoliberalismo desde las gradas, que gobernar en medio de la crisis.
El caso de Chávez es uno de los más patéticos. En lugar de prepararse para la crisis que él veía venir, incrementando las capacidades productivas de la nación, ha dilapidado miserablemente los recursos del Estado venezolano, exportando la revolución cubana a toda América; paralelamente, se ha dedicado a aplastar a los productores, justamente los que podrían abastecer al país en medio del colapso.
Durante el gobierno de Chávez, han cerrado casi la mitad de las industrias. La agricultura y la ganadería se han desplomado, víctimas de las expropiaciones, el control de precios, las invasiones y la acción de la guerrilla pro-chavista. El odio del gobierno hacia la empresa privada ha minado la inversión nacional y extranjera. La polarización política, el conflicto permanente y la inseguridad desbordada –enemigos declarados de la producción– han prevalecido durante los diez años de gobierno de Chávez. En resumen, apenas se desplome el precio del petróleo –como en efecto ocurrirá– Venezuela será uno de los países menos preparados para enfrentar la crisis.
Igual sucede –en mayor o menor grado– con los gobiernos de Morales, Correa, Kirchner y Ortega. Han dedicado su tiempo y su energía a imponer sus fracasados modelos políticos, en lugar de anticiparse a la crisis, incrementando aceleradamente la producción.
Lula, Vásquez y Bachelet han sido un poco más racionales, pero igual serán responsabilizados de los efectos terribles de la crisis, por el sólo hecho de ser los gobernantes de turno.
En conclusión: el Foro de Sao Paulo previó la crisis financiera, pero no producto del conocimiento y la investigación científica, sino de sus axiomas marxistas. Sin embargo –¡Qué ironía!– ese mismo esquema marxista le impidió prepararse para enfrentar exitosamente el colapso. Como consecuencia, el Foro de Sao Paulo será devorado por el monstruo que vio venir en sus lejanos sueños.
De todas maneras, no es tiempo de cantar victoria. Una bestia herida se torna aún más peligrosa. Los integrantes del Foro de Sao Paulo recurrirán a la violencia, como ya lo están haciendo, para mantenerse en el poder.