Surgió un rayo de esperanza en Brasil
Por: Nivaldo Cordeiro 16/05/06
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Raramente me he conmovido en un evento de carácter doctrinario-político como ocurrió conmigo en el Seminario Internacional Democracia Liberal, sobre el cual ya escribí en un artículo anterior.
El último panel de hoy en la tarde fue uno de aquellos instantes mágicos que hacen historia. Habló larga y profundamente Alejandro Peña Esclusa, enfocando la situación de Venezuela y su impacto político en América Latina. El auditorio mantuvo un silencio reverente durante su charla para, al final, aplaudir de pie al expositor.
Alejandro nos mostró el panorama real de su país, dominado por Hugo Chávez usando técnicas nazis y haciendo de la democracia formal un instrumento para llegar y permanecer en el poder. Mostró como la población de ese país está ahora subyugada por un sistema totalitario; y también como Chávez utiliza los recursos abundantes del petróleo para exportar la revolución cubana, primero al continente y, una vez consolidada aquí, al resto del mundo. Planes semejantes a los de Hitler en sus tiempos. Fidel Castro pasó a ser un mero coadyuvante del juego bolivariano del dictador de Venezuela.
Alejandro demostró ser un patriota y un aguerrido luchador por la causa de la libertad de su país y conmovió a todos con su disposición a la lucha, al límite del sacrificio de su propia vida. Tiene la psicología de un héroe, consciente de sus obligaciones para con el pueblo y dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias. Nos explicó que nadie está a salvo en Venezuela y salí de aquella sala temiendo por su vida. Y más notable todavía, fue que terminó demostrando que esta lucha no es solamente del pueblo venezolano, sino de toda América Latina, dado que el dictador tiene ansias de poder hitlerianas.
Compartió el presidium con el ex-presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle, que en buena hora nos recordó el triste papel de la diplomacia brasileña desde que Lula llegó al poder, al permitir que Chávez pusiera sus garras en el Río de la Plata, algo jamás visto en la historia de la región. Lacalle nos recordó gentilmente que nuestra diplomacia se dejó sobornar por el dictador venezolano.
Cada vez aumenta más mi desprecio por la patota del Partido de los Trabajadores que osó colocar los intereses nacionales permanentes al servicio de un tirano extranjero, sobre todo porque sabemos que Chávez no se mantendría un día en el poder si Brasil le retirase su apoyo político. En tres oportunidades que Chávez fue alejado del poder, las tres veces Lula lo rescató (11A, Paro, RR).
Ha surgido un rayo de esperanza al haber realizado en Sao Paulo un evento de esta envergadura, enfocado en el tema de la libertad y con personalidades tan importantes como reconocidas. La misma libertad que ayer fue confiscada en la ciudad de Sao Paulo de manera fácil, por una banda de delincuentes decididos, probando que es una presa frágil, sujeta a la saña destructiva de rufianes que se consideran revolucionarios. Ha sido importante discutir sobre la libertad en medio de amenazas tan profundas y tan próximas. En aquella sala vi a hombres y mujeres dispuestos a dar lo mejor de sí para preservarla.
Cerró el evento Guillermo Afif Domingo (Presidente de la Cámara de Comercio de Sao Paulo), hombre de voz serena y firme, que se sumó a las preocupaciones de los expositores. Su discurso afirmativo fue muy aplaudido. Y es que Brasil necesita multiplicar líderes políticos como Afif, comprometidos con la causa de la libertad y con los valores superiores de la civilicación judeo-cristiana.
Nivaldo Cordeiro
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