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Jimmy Carter ¿Mediador neutral?

9 junio 2002

Publicado en: El Libertador, El Nuevo Herald (February 2, 2004 – PAGE: 19A SECTION: Perspectiva)

Por: Alejandro Peña Esclusa

El gobierno de Chávez jamás ha promovido un diálogo sincero, ni ha aceptado mediaciones de ningún tipo; sin embargo, José Vicente Rangel invitó a Jimmy Carter a mediar en la crisis venezolana. ¿Por qué?

Aunque alcanzó la Primera Magistratura de los Estados Unidos, Carter no representa el sentimiento de los norteamericanos; por el contrario, desde hace muchos años, Carter ha dado muestras de tolerancia y simpatía hacia gobernantes totalitarios de corte comunista.

Según denunció la revista National Review en su edición del 20 de mayo de 2002, Jimmy Carter alabó al dictador rumano Nicolás Ceausescu, «Nuestras metas son las mismas: tener un sistema político y económico justo… ambos creemos en auspiciar los derechos humanos», dijo.

Respecto al déspota norcoreano Kim Il Sung, Carter afirmó «considero que él es vigoroso e inteligente, sorprendentemente bien informado acerca de los asuntos técnicos y en control de las decisiones del país», elogiando aspectos de su sistema de gobierno y el presunto desarrollo económico del país. En cuanto a Irán, Carter favoreció la instalación del régimen fundamentalista del Ayatola Komeini.

En 1997, a través de un artículo publicado en el New York Times, Carter justificó la represión ejercida por el gobierno comunista chino contra los disidentes, alegando que eso era necesario para mantener la unidad de la nación.

Respecto a Fidel Castro, Carter siempre ha mantenido una línea suave y amistosa, incluso cuando critica al sistema cubano. Por eso, los discursos de Carter, como el que pronunció en su viaje a Cuba la semana pasada, son publicados por Granma, el único periódico de la isla, controlado por el Partido Comunista. El viaje fue pagado por la Fundación Ford, la misma que según el agencia informativa Cubdest, ha financiado reuniones del Foro Social Mundial, organismo que apoya a Fidel Castro, al Foro de Sao Paulo y a la guerrilla colombiana; y del cual forma parte el periodista Ignacio Ramonet, acérrimo defensor de Chávez.

Carter ha tenido frases de alabanza para con su amigo Daniel Ortega, jefe de los sandinistas nicaragüenses y miembro del Foro de Sao Paulo.

Por si fuera poco, durante el gobierno de Carter, el consumo de drogas se multiplicó considerablemente, gracias a la política blandengüe de su administración. De hecho, con Carter a la cabeza, la propia Casa Blanca promovió la legalización de la marihuana y la cocaína; y en parte lo logró: en once estados de la Unión Americana el consumo de marihuana dejó de ser delito. Dieciocho meses después, en el estado de Nueva York, el consumo de la hierba en las escuelas de bachillerato aumentó en 300 por ciento.

Recientemente, los venezolanos tuvimos una experiencia desagradable con el ex presidente norteamericano: pese a todas las irregularidades existentes en las elecciones presidenciales de 2000 (megafraude del 28), Carter decidió legitimarlas, reconociéndole el triunfo a Chávez.

La última vez que José Vicente Rangel trajo a alguien del exterior, fue a Hebe de Bonafini, comunista argentina que vino a elogiar a los asesinos de puente Llaguno. Ahora Rangel querrá que Carter venga a Venezuela, pero no en calidad de mediador neutral, sino para avalar al Asesino de Miraflores.